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Quebrada de El Toldo. Aguas que bajan del Páramo. |
Somos herederos de un país que no
tiene acceso a sus recursos, ya sea por la mala distribución de los mismos o el
centralismo, un centralismo que en las últimas décadas se lo puso en agenda para hablar de una Descentralización con chorreo, sin embargo, esto fue un “Choreo a Chorreo”.
Si damos una mirada a cada uno de
los departamentos de nuestro País, podemos encontrar el siguiente panorama:
cuando las regiones de Pasco, Junín y Huancavelica aportan al crecimiento del PBI, los que hacían gobierno en aquel entonces se fueron
del país, al igual que lo hacen ahora, y no hubo ningún cambio significativo en
el país ni en los departamentos de dónde sacaron este recurso; también están
los hidrocarburos, que van desde nuestra querida Piura hasta la selva de
nuestro país y, que decir del Gas que recorre el sur de nuestro Perú, sólo nos
queda pagar precios altos por nuestros recursos, mientras las grandes
corporaciones exportan un recursos comprado a precio ganga.
En nuestro querido Piura, una
Región que tiene las características de nuestro Perú, con costa, sierra y selva,
también alberga un ecosistema único a nivel del continente americano, la zona
conocida como Páramos; tenemos un hermoso valle, que alberga a empresas y
productores responsables de dinamizar la economía regional a través de la mano
de obra en campo y en la cadena de exportación, que van desde los Espárragos,
Uvas, Banano, Mangos, Limón, Cacao, Café, Arroz, entre otros.
Actividades que aportan al PBI del
país y le permite a muchas familias tener una fuente de ingresos, en un
ambiente dónde se puede vivir respirando aire con aroma a Café, con aroma a
Limón, con aroma a Banano, con aroma a Mango. En un ciclo que no tiene un
horizonte limitado como si lo tienen otras actividades.
Ahora, si damos una mirada a las
regiones más pobres de nuestro País, veremos que son aquellas que no tiene el paraíso
y variedad de Piura, y si lo tuvieron, lo cambiaron por la actividad extractiva
minera metálica que en un horizonte de treinta a cuarenta años, hoy sólo queda
desolación y contaminación.
La pregunta es, ¿Qué pasará cuando
aquellos aromas de nuestra Región se extingan rápidamente por la contaminación
del recurso hídrico? ¿Cuándo el agua dulce que llega a las casas a través del
canal de Curumuy, llegue con metales pesados? ¿Qué hacer con esas cadenas de
exportación que no podrán dar empleo? ¿Con las familias que son desplazadas porque
sus pueblos no serán habitables? ¿Quién cargará con ese pasivo ambiental y
social?