lunes, 20 de febrero de 2017

CUANDO SE PIERDAN LOS AROMAS DE PIURA

Quebrada de El Toldo. Aguas que bajan del Páramo.
Somos herederos de un país que no tiene acceso a sus recursos, ya sea por la mala distribución de los mismos o el centralismo, un centralismo que en las últimas décadas se  lo puso en agenda para hablar de una Descentralización con chorreo, sin embargo, esto fue un “Choreo a Chorreo”.

Si damos una mirada a cada uno de los departamentos de nuestro País, podemos encontrar el siguiente panorama: cuando las regiones de Pasco, Junín y Huancavelica aportan  al crecimiento del PBI,  los que hacían gobierno en aquel entonces se fueron del país, al igual que lo hacen ahora, y no hubo ningún cambio significativo en el país ni en los departamentos de dónde sacaron este recurso; también están los hidrocarburos, que van desde nuestra querida Piura hasta la selva de nuestro país y, que decir del Gas que recorre el sur de nuestro Perú, sólo nos queda pagar precios altos por nuestros recursos, mientras las grandes corporaciones exportan un recursos comprado a precio ganga.

En nuestro querido Piura, una Región que tiene las características de nuestro Perú, con costa, sierra y selva, también alberga un ecosistema único a nivel del continente americano, la zona conocida como Páramos; tenemos un hermoso valle, que alberga a empresas y productores responsables de dinamizar la economía regional a través de la mano de obra en campo y en la cadena de exportación, que van desde los Espárragos, Uvas, Banano, Mangos, Limón, Cacao, Café, Arroz, entre otros.

Actividades que aportan al PBI del país y le permite a muchas familias tener una fuente de ingresos, en un ambiente dónde se puede vivir respirando aire con aroma a Café, con aroma a Limón, con aroma a Banano, con aroma a Mango. En un ciclo que no tiene un horizonte limitado como si lo tienen otras actividades.

Ahora, si damos una mirada a las regiones más pobres de nuestro País, veremos que son aquellas que no tiene el paraíso y variedad de Piura, y si lo tuvieron, lo cambiaron por la actividad extractiva minera metálica que en un horizonte de treinta a cuarenta años, hoy sólo queda desolación y contaminación.


La pregunta es, ¿Qué pasará cuando aquellos aromas de nuestra Región se extingan rápidamente por la contaminación del recurso hídrico? ¿Cuándo el agua dulce que llega a las casas a través del canal de Curumuy, llegue con metales pesados? ¿Qué hacer con esas cadenas de exportación que no podrán dar empleo? ¿Con las familias que son desplazadas porque sus pueblos no serán habitables? ¿Quién cargará con ese pasivo ambiental y social?