domingo, 19 de julio de 2015

RAPRAGUERO BLANCO

Cuando el bisabuelo Francisco, sembraba en las laderas del Bosque de Cuyas y usaba su serrucho de mano para sacar madera, siempre dejaba el Rapraguero Blanco,  por ser un árbol duro de cortar y muy difícil de serruchar para sacar las tablas, vigas, Cumbas y Lumbrales para ventanas y puertas.

Con el paso de los años, mi abuelo se dedicó a la agricultura y a la ganadería, pero en la zona alta del  Bosque de Cuyas, en las faldas del Yantuma, allí donde se ubica el pueblo de Yacupampa, la entrada a las zonas turísticas de Ayabaca; el paso obligatorio para llegar al mirador de Yantuma, al Bosque de Cuyas, a los Petroglifos de Samanga, al complejo arqueológico de Aypate, a los Páramos, a las Huacas de Chocan y otros.

En estos tiempos, mi padre se dedica a las actividades heredadas como agricultura y ganadería, también realiza la conservación del Bosque de Cuyas, una mirada que comparte con sus hermanos y primos, y están muy contentos que en este tiempo se haya reconocido parte de este bosque cómo Área de Conservación Privada.

Pero para nosotros, que hemos tenido la oportunidad de salir a la ciudad y poder acceder a las escuelas superiores y universidades de nuestra región, somos conscientes que la conservación no se garantiza sólo con decir que se conserva, es necesario activar actividades económicas que ayuden a la sostenibilidad de la conservación de este hermoso bosque.

Una sostenibilidad que involucra a las familias de la parte alta y baja de este bosque, para que nuestros hijos y nietos sigan disfrutando de este hermoso  paisaje y Ayabaca no pierda su último Pulmón.

Si quieres conocer estos hermosos árboles ancestrales, ponte en contacto con nosotros.

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